EL RIGOR DE UNA
“INDISCIPLINA” INTELECTUAL
La anticipación no
tiene mayor sentido si no es que sirve para esclarecer la acción. Esa es la
razón por la cual la prospectiva y la estrategia son generalmente indisociables.
De ahí viene la expresión de prospectiva estratégica. Sin embargo, la complejidad
de los problemas y la necesidad de plantearlos colectivamente imponen el
recurso a métodos que sean tan rigurosos y participativos como sea posible, al objeto
de que las soluciones sean reconocidas y aceptadas por todos. Tampoco hay que
olvidar las limitaciones que impone la formalización de los problemas ya que
los hombres también se guían por la intuición y la pasión. Los modelos son
invenciones del espíritu para representar un mundo que no se dejará encerrar en
la jaula de las ecuaciones. ¡Esto es hermoso pues, sin esta libertad, la
voluntad animada por el deseo quedaría sin esperanza!. Tal es la convicción que
nos anima: utilizar todas las posibilidades de la razón, conociendo todas sus
limitaciones, al igual que sus virtudes. Entre intuición y razón no debería
existir oposición sino, por el contrario, complementariedad. Para que sea una
“indisciplina” intelectual fecunda y creíble, la prospectiva necesita rigor.
El debate de las
ideas sobre el cambio, el papel de los hombres y de las organizaciones, la
utilidad de los métodos, resulta obstruido por un apreciable número de
cuestiones recurrentes que resurgen a la superficie cualquiera que sean los
argumentos que se avancen. Esto ocurre, por ejemplo, cuando hablamos de las diferencias
y de las relaciones entre los conceptos de prospectiva, de planificación y de
estrategia, del interés que tiene la probabilización de escenarios, de la complicación
de lo complejo y de la especificidad de los estudios de prospectiva territorial.
Sobre todas estas cuestiones, la experiencia acumulada desde hace más de 30
años y plasmada en varios cientos de intervenciones, nos permite aportar respuestas
claras, al menos desde nuestro espíritu.
La prospectiva, sea
cual sea, constituye una anticipación (preactiva y proactiva) para iluminar las
acciones presentes con la luz de los futuros posibles y deseables. Prepararse
ante los cambios previstos no impide reaccionar para provocar los cambios
deseados. Dentro de la lógica del triángulo griego, el color azul de la anticipación
sólo puede transformarse en el verde de la acción con el amarillo de la adaptación
de los actores implicados.
Aquí aparecen dos
errores simétricos a evitar. El primero consiste en pensar en voz alta con los
expertos al servicio de la acción, olvidando la adaptación No es una buena idea
querer imponer una buena idea. El segundo consiste en desechar a los expertos y
la materia azul de las evaluaciones para dar la palabra al pueblo y otorgar privilegios
a la materia amarilla de los consensos actuales. Sin prospectiva cognitiva, la
prospectiva participativa se vuelve vacía y gira en redondo hacia el presente.
El ideal de consenso de las actuales generaciones es muchas veces un acuerdo momentáneo
para que nada cambie y para transmitir a las futuras generaciones la carga de
nuestras irresponsabilidades colectivas. Una prospectiva como la descrita, aunque
sea participativa, es contraria a la definición misma del desarrollo
sostenible. Consagra el triunfo de los egoísmos individuales a corto plazo
(solo son injustas las desigualdades de las que no nos aprovechamos) en
detrimento de los intereses colectivos a largo plazo. Las decisiones valientes
a afrontar en el futuro son raramente consensuadas, y si la prospectiva debe
ser participativa, la estrategia en la que se inspira vuelve a los
representantes electos, y estos deben ofrecer acto de voluntad y de valentía
para evitar la trampa y la demagogia participativa.
Prospectiva: Anticipación para esclarecer la acción. Esta « indisciplina intelectual » (Pierre Massé) tiene que ver con « ver de lejos, largo y profundo» (Gaston Berger), pero también con (innovación y conjunto (apropiación). La visión global, voluntaria y a largo plazo, se impone para dar sentido a la acción.
Algunas
palabras-clave de la prospectiva y de la estrategia
Prospectiva: Anticipación para esclarecer la acción. Esta « indisciplina intelectual » (Pierre Massé) tiene que ver con « ver de lejos, largo y profundo» (Gaston Berger), pero también con (innovación y conjunto (apropiación). La visión global, voluntaria y a largo plazo, se impone para dar sentido a la acción.
Previsión: Previsión
de futuro debido a un grado de confianza.
Planificación: «La
planificación consiste en concebir un futuro deseado así como los medios reales
para conseguirlo » (R.L. Ackoff).
Estrategia: Conjunto
de reglas de conducta de un actor que le permitan conseguir sus objetivos y su
proyecto.
Táctica(s): Casi
siempre en plural, ya que se trata de vías y medios para alcanzar los objetivos
de la estrategia en función de las circunstancias.
Planificación Estratégica:
Concepto aparecido a finales de los 60 (Igor Ansoff para traducir el hecho de
que la planificación de empresa debía tener en cuenta cada vez más las turbulencias
del entorno (dicho estratégico) y adaptar, en consecuencia, sus objetivos.
Gestión Estratégica: Concepto
lanzado a mediados de los 70, siempre por Igor Ansoff, para establecer las
condiciones que permitan a las estructuras y a las organizaciones adaptarse a
un mundo cada vez más turbulento.
Prospectiva Estratégica:
Concepto de los años 90 donde la anticipación de la prospectiva se pone al
servicio de la acción estratégica y proyecto de la empresa.
La apropiación
intelectual y afectiva constituye un punto de paso que resulta obligado si es
que se quiere que la anticipación cristalice en una acción eficaz. Nos encontramos
con los tres componentes del triángulo griego: "Logos" (el
pensamiento, la racionalidad, el discurso), "Epithumia" (el deseo en
todos sus aspectos nobles y menos nobles), "Erga" (las acciones, las
realizaciones). El matrimonio entre la pasión y la razón, entre el corazón y el
espíritu es la clave del éxito de la acción y de la plenitud de las personas
(el cuerpo). Utilizando los colores se podría dar el mismo mensaje: el azul de
la razón fría asociado al amarillo de las sensaciones calientes produce el
verde de la acción brillante.
CINCO IDEAS CLAVE DE
LA PROSPECTIVA
Toda forma de
predicción es una impostura. El futuro no está escrito sino que queda por
hacer. El futuro es múltiple, indeterminado y abierto a una gran variedad de futuros
posibles. Lo que pasará mañana, depende menos de las fuertes tendencias que se
impondrían fatalmente a los hombres que de las políticas que desarrollan los hombres
al objeto de hacer frente a esas tendencias. Si el futuro es en parte fruto de la
voluntad, esta última para ejercerse eficazmente debe intentar guardar el
espíritu de las cinco ideas clave de la prospectiva.
1. EL MUNDO CAMBIA PERO
LOS PROBLEMAS PERMANECEN
Después de un cuarto
de siglo de reflexiones y de estudios prospectivos sobre los territorios, las
empresas y las grandes apuestas que tienen las sociedades modernas, podemos
decir que hemos llegado a una constatación bien conocida y, por tanto, generalmente
ignorada: Son siempre los hombres y las organizaciones los que crean la
diferencia. Así, cuando una empresa se encuentra en dificultades, no sirve para
nada buscar un chivo expiatorio en la tecnología o en la competencia que
además, como sabemos, muchas veces viene con un carácter fuertemente desleal
por motivo de las subvenciones. En realidad, todo se explica mejor si
considerásemos que se trata de un fallo grave de calidad en el management y que
se muestra incapaz de anticipar, de innovar y de motivar a los hombres.
El mundo cambia y los
problemas permanecen. Tal es la constatación que se impone cada vez que nos
tropezamos con un problema con el que ya nos hemos encontrado cinco, diez o
incluso quince años antes. Este es el caso de la energía, del transporte aéreo
en la región parisina, de Correos, y de las apuestas de las sociedades modernas
como el empleo y la formación. La ventaja que para el hombre tiene la reflexión
es enorme: la inversión intelectual realizada no está apenas obsoleta y es
suficiente actualizarla con datos recientes para que podamos reencontrar la
mayor parte de los mecanismos y constantes anteriores.
Los hombres tienen la
memoria corta: desconocen lo que es el largo plazo y sus enseñanzas. La
historia no se repite pero los comportamientos se reproducen.
Con el correr del
tiempo, los hombres conservan inquietantes similitudes de comportamiento que
les conducen, colocados ante situaciones comparables, a reaccionar de manera
casi idéntica y, en consecuencia, de una manera previsible. De este modo, es
como nos encontramos en el pasado innumerables lecciones olvidadas, ricas en
enseñanzas con respecto al futuro: los ciclos de escasez y de abundancia relacionados
con las anticipaciones sobre la fijación de precios, la sucesión de largos periodos
de inflación seguidos de otros de deflación, o la todavía inquietante coincidencia
entre las evoluciones demográficas y la expansión o el declive económico y
político del país, testimoniando esta realidad.
Cada generación tiene
la impresión de que está viviendo una época de mutación sin precedentes. Esta
desviación es natural: esta época resulta terriblemente excepcional para cada
uno de nosotros puesto que es el único tiempo que nosotros vivimos. De ahí
viene la tendencia, simétrica a la precedente, de sobreestimar la importancia y
la rapidez de los cambios, en particular en lo concerniente a las nuevas
tecnologías.
2. LOS ACTORES CLAVE EN EL PUNTO DE BIFURCACIÓN
El mundo real es
muchísimo más complejo de lo que nos pensamos y sería inútil esperar que un
buen día alguien diese con la ecuación que nos descubriese su eventual
determinismo escondido. E incluso, caso de que ello llegara a suceder, la incertidumbre,
inherente a toda medición sobre todo social, mantendría el abanico de los
futuros posibles totalmente abierto y desplegado, al menos en el interior de nuestras
almas. Puesto que el determinismo es indeterminable, es necesario "hacer como
si" nada estuviera decidido, como si la revolución de la voluntad fuese
capaz de hacer frente y darle la vuelta a la tiranía del azar y de la
necesidad.
¿Cómo podríamos
reconocer los puntos de las bifurcaciones? ¿Qué acontecimientos, qué
innovaciones permanecerán sin originar consecuencias, cuáles de éstas afectarán
a la globalidad del sistema, trastocándolo, determinando irreversiblemente la elección
de una evolución, cuáles son las áreas donde podría realizarse la elección, cuáles
son las áreas de estabilidad...?. He ahí las cuestiones que plantea Ylya Prigogine
(1990). Estas cuestiones constituyen el menú cotidiano de la prospectiva. Cuando
identificamos el abanico de los futuros posibles a través de la elaboración de escenarios
estamos reconociendo el diagrama de las bifurcaciones. Los parámetros de las
bifurcaciones son las variables-clave del análisis prospectivo.
En estos últimos
años, se constata una convergencia entre las diferentes teorías hacia el
concepto de auto-organización que permite la adaptación hacia lo
"nuevo" y la creación de lo nuevo. Todo está ocurriendo como si
hubiésemos reinvertido la flecha del tiempo de suerte que "lo que hacemos
hoy se explica, no por sus condicionamientos, sino por el objetivo que
explicitamos y hacia el cual tendemos" (Jean-Pierre Dupuy (1982).
Así es como nos encontramos
con "el futuro como razón de ser del presente" (Gaston Berger) lo que
nos permite un avance en el que el deseo como fuerza productora de futuro se
convierte también en el principal motor de la auto-organización.
3. UN ALTO A LA COMPLICACIÓN DE LO COMPLEJO
¿Es necesario que nos
dotemos de herramientas complejas para leer la complejidad de la realidad? Nosotros
pensamos más bien lo contrario; los grandes seres que han estado dotados de un
pensamiento complejo han sabido, mejor que otros, dar con leyes relativamente
simples a la hora de comprender el universo. Recordemos los principios de la
termodinámica y, ¿Por qué no? la teoría de la relatividad. Es necesario
felicitar la llamada al orden que Maurice Allais (1989), uno de los economistas
matemáticos más grandes de nuestro tiempo, nos hace: "Una teoría cuyas hipótesis
y consecuencias no pueden ser contrastadas con la realidad carece de todo
interés científico". Maurice Allais añade que nunca tendremos modelos
perfectos sino solamente modelos que se aproximan a la realidad y precisa; "de
dos modelos, el "mejor" será siempre aquél que por aproximación
representará de la manera más sencilla los datos que se derivan de la
observación de la realidad". Sería bueno tranquilizar a los que temían que
habíamos perdido el latín y hacer reaccionar a todos aquellos que confunden
complicación con complejidad.... y simétricamente simplicidad con simplismo. El
reto está en ser ambicioso porque si es fácil complicar las cosas, es bien difícil
simplificarlas.
4. PLANTEARSE LAS BUENAS PREGUNTAS Y DESCONFIAR DE LAS IDEAS
RECIBIDAS
"La respuesta es
sí, pero... ¿Cuál es la pregunta?". Se trata de una famosa respuesta ingeniosa
que profirió el actor-director Woody Allen. En efecto, a menudo nos olvidamos
de interrogarnos sobre si las preguntas que nos formulamos están bien planteadas
y uno se precipita como las ovejas del rebaño de Panurgo en la búsqueda ilusoria
de respuestas a preguntas falsas. Ahora bien, de todos es sabido que no habrá
buenas respuestas allá donde previamente no establezcamos las preguntas correctas.
El problema es el siguiente: ¿Cómo plantear las buenas preguntas?.
La luz crea también
la sombra. Si los focos de la actualidad son tan potentes y se enfocan
solamente sobre ciertos problemas, no podremos evitar que escondamos otros
problemas, con frecuencia más graves, entre las sombras de forma que no los podamos
ver. Las ideas y estereotipos que recibimos y están de moda son los que dominan
la actualidad. Deberían ser contemplados con desconfianza pues estas ideas son,
con frecuencia, una fuente inagotable de errores de análisis y de previsión. Maurice
Allais figura entre los aliados objetivos de este combate. Él denuncia también "la
tiranía de las ideas dominantes". La información se encuentra amordazada por
el conformismo del consenso que empuja a que cada uno se reconozca en la opinión
dominante y rechace el punto de vista minoritario. En consecuencia, en nuestra
sociedad es muy probable que aquel que opine con tino y justeza tenga muy pocas
oportunidades para ser entendido.
Evidentemente, esta
observación no les da ningún crédito suplementario a las predicciones que sean
extravagantes, pero pone en evidencia a un buen número de conjeturas e ideas
recibidas. En este sentido, creemos que es bueno e indispensable para la
prospectiva cuestionar el confort que guardan nuestros espíritus y despertar las
conciencias que están dormidas soñando con falsas certidumbres.
En el pasado, pudimos
tener varias veces razón cuando cuestionábamos las ideas dominantes de la
época. Esta reingeniería mental nos condujo sobre todo a presentir la
superabundancia energética, a denunciar el espejismo tecnológico y las técnicas
de dirección copiadas mimética y mecanicistamente traídas desde Japón. Tampoco
la estrategia se escapa del conformismo. ¿Cuántas opciones de inversión, de implantación
se han justificado en base al mito del tamaño crítico que una empresa debe
alcanzar para poder luchar a escala mundial?. Todos sabemos que en cualquier sector
siempre existen empresas que siendo de tamaño pequeño también conocen unos
buenos rendimientos. Obviamente, para toda empresa la buena pregunta sería plantearse
lo siguiente: ¿Cómo ser rentable contando con el tamaño y la dimensión que
dicha empresa tiene?. Y la respuesta a esta última pregunta pasa, a menudo, por
un decrecimiento del tamaño de la empresa, aunque sea de manera provisional. A las
empresas, les pasa lo que a los árboles... ¡Que una vez podados echan los
brotes mejor!.
5. DE LA ANTICIPACIÓN A LA ACCIÓN A TRAVÉS DE LA APROPIACIÓN
Tener una visión
global es imprescindible para la acción local y cada uno, a su nivel, debe
poder comprender el sentido que tienen sus acciones y poder resituarlas en el contexto
de un proyecto más global en el cual dichas acciones se insertan. La movilización
de la inteligencia resulta tanto más eficaz a la medida que se inscribe en el
marco de un proyecto explícito y definido y conocido por todos. La motivación interna
y la estrategia externa son pues dos objetivos indisociables que no se pueden alcanzar
por separado.
El éxito del proyecto
pasa a través de la apropiación. En función de su transparencia, la
movilización colectiva no puede entrar directamente en las opciones estratégicas
que por naturaleza deben ser confidenciales. Por consiguiente, es la reflexión prospectiva,
realizada colectivamente, la que al centrarse sobre las amenazas y oportunidades
del entorno la que le da un contenido a la movilización y permite, a su vez, la
apropiación de la estrategia.
Es así cómo se aclara
y dilucida el falso debate ente intuición y razón. En el momento de la acción,
es demasiado tarde como para empezar a reflexionar, y cuando se hace, es
necesario tener el tiempo suficiente para no sentirse presionado por la
urgencia. La acción está dirigida por un
acto reflejo donde la intuición parece que domina, generalmente, a la razón.
Esta impresión es engañosa pues el acto reflejo de la acción es tanto más
rápido y apropiado cuanto más haya sido el cerebro entrenado previamente. Lo
que es cierto para los músculos también lo es para el alma o el espíritu. Por
consiguiente, entre la intuición y la razón no existe oposición sino complementariedad.
LA CAJA DE HERRAMIENTAS DE LA
PROSPECTIVA ESTRATÉGICA
Frente a la
complejidad de los problemas, los hombres no están desarmados. Ellos han
labrado las herramientas que tan útiles les son hoy en día. En efecto, si el
mundo cambia, también subsisten invariantes y similitudes en la naturaleza de los problemas con que se tropiezan los
hombres. Olvidándonos de la herencia acumulada, nos privaríamos de palancas
potentes y perderíamos mucho tiempo reinventando el filo del cuchillo para
cortar la mantequilla. Es preciso mantener la memoria acerca de los métodos
para enriquecerlos mejor.
EL SUEÑO DEL CLAVO Y EL RIESGO DEL MARTILLO
En lo que concierne a
las herramientas de la prospectiva estratégica, es preciso recordar su
utilidad: estimular su imaginación, reducir las incoherencias, crear un lenguaje
común, estructurar la reflexión colectiva y permitir la apropiación. Sin embargo,
tampoco hay que olvidar sus limitaciones y las ilusiones que se derivan de la
formulación: las herramientas no deben sustituir a la reflexión ni frenar la
libertad de elección. De este modo es como luchamos para eliminar dos errores
sistemáticos: Ignorar que el martillo
existe cuando encontramos un clavo suelto —el sueño del clavo— o, por el
contrario, debido a que conocemos el uso del martillo terminar por creernos que
todos los problemas se asemejan a un clavo —el riesgo del martillo—. Se trata
de un combate paradójico que hace tiempo llevamos desarrollando: Por una parte,
difundir las herramientas y, por la otra, pasarnos una buena parte de nuestro tiempo
disuadiendo a los neófitos de utilizarlas si no es de manera apropiada y oportuna.
LA PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA POR ESCENARIOS
El objetivo de esta
metodología es proponer las orientaciones y las acciones estratégicas
apoyándonos en las competencias de la empresa en función de los escenarios de
su entorno general y competitivo.